En este día recordamos la última cena de Jesús. Celebramos la Alianza Nueva y eterna de Dios con nosotros. Un amor “hasta el extremo” que se hace esclavo por amor, un amor que obedece, un amor que no se enfada, un amor que todo lo puede.
Así, el Jueves Santo nos trae gestos y palabras de Jesús que llevan a lo esencial, a una invitación a hacer memoria de lo vivido, pero, sobre todo, a vivir cada día haciendo memoria, realizando cada cristiano la entrega que Jesús hizo por nosotros.
Pero no debemos perder la perspectiva de la entrega en la cruz, la muerte de Cristo y el triunfo de la vida en su resurrección que celebramos los otros días, y completan el sentido del día de hoy.
«Haced esto en memoria mía»