Las Esclavas del Sagrado Corazón acogieron a 80 personas desalojadas por el incendio de Llutxent.
Las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús de la localidad valenciana de Benirredrá han acogido en su Casa de Espiritualidad a 80 personas con enfermedad mental desalojadas el pasado martes 7 de este mes de agosto, del Centro Sociosanitario Monduber-Barx, durante el incendio forestal declarado en Llutxent (Valencia).
Desde el 1 de agosto hasta el 15, el personal de la casa de Espiritualidad y las religiosas, tienen sus días de vacaciones, vacaciones merecidas para descansar y coger fuerzas para retomar el curso. Este año, ha sido muy distinto, la naturaleza, el fuego, los rayos… han impedido eso, el descanso de algunos que lo teníamos más que merecido.
El lunes día 5, un rayo caído sobre un árbol originó el mayor incendio en la Comunidad Valenciana. Ante la magnitud del desastre, las religiosas, pusieron su casa a disposición del Ayuntamiento de Gandia para alojar a las personas afectadas. Un total de 40 personas se alojaron en principio, acompañadas en todo momento por personal sanitario, así como por voluntarios de la localidad «que se han volcado en la ayuda a los evacuados», comentó la superiora de la comunidad, Fina Martínez. Ante la prolongación de los desalojos, se habilitó una parte de la casa que en la actualidad no utilizaban y permanecía cerrada, para poder acoger a 24 personas más afectadas, y otras 20 que estaban durante el día y a dormir, iban a la otra residencia de Benirredrá. En total 84 personas afectadas por el desalojo permanecían en la casa de Espiritualidad.
«Estamos siendo testigos de un ejemplo de familiaridad y solidaridad», destacó Fina Martínez, «son muchos los voluntarios que están ofreciendo su tiempo y ayuda en los diferentes centros habilitados por el Ayuntamiento para los evacuados». Entre estos voluntarios figuran los profesores, alumnos y personal de la comunidad educativa del colegio que también tiene esta Congregación en Benirredrá.
Un grupo de gente de voluntarios, personal del Monduber y de esta casa, han hecho posible que vuelva la normalidad a ella y pueda continuar la tarea a la que se dedica:
“ ser lugar donde se ofrece un ambiente que favorezca, facilite y ayude a la oración, la reflexión, la profundización de la Fe, la interiorización y el descanso “ y no hay duda de que en estos días de agosto con estas personas desalojadas, sus cuidadores, los voluntarios y demás personas colaborando, han hecho posible que esto, sea realidad y hay sido eso, lugar de encuentro, de oración y por supuesto de mucha Fe.
A todos y a cada una de las personas que se volcaron en la ayuda, a las personas que han estado acompañando a la Comunidad, al personal de esta casa que de inmediato se incorporó a su trabajo de forma solidaria, al personal de la Residencia del Monduber, amigos, vecinos de Benirredrá, autoridades municipales que estuvieron pendientes de cada detalle, a todos y a todas:
GRACIAS porque sin vosotros, no hubiese sido posible hacerlo.